miércoles, 11 de junio de 2008

Pasa en las películas, pasa en la vida

Ayer fui a lo de Mati porque cumplía años. 29. Tipo 8 y cuarto salí de casa. Primero pasé por lo de Seba a ver si lo recogía para ir juntos, pero el muchacho estaba dándole al frontón así que lo esperé un rato en la tapuer y seguí camino. Bajé por Urquiza y doblé en Paraguay hacia la Peatonal. Antes de llegar a Córdoba cruzo y apenas subo a la vereda me ataja la energía de una mirada a media altura. Busco la frecuencia y contesto. Del otro lado me miraba un paralítico pero no de esos post accidente o posguerra que tienen el cuerpo normal sino uno de esos que están en silla de ruedas por alguna malformación o enfermedad y cuyo cuerpo está como a medio cocer. Lo sigo mirando y me llama. 45 años aproximadamente. Me paro al lado y me habla con una voz muy suave, con vergüenza.

- Flaco, lo que te voy a pedir no es material, quiero saber si me podés ayudar.
- Decime.
- Mirá tengo un problema en la mano y no puedo empujar la silla, estoy muerto. (Blandiendo su mano izquierda con dolor) Vos no me llevarías hasta mi casa?
- Esteee…, dónde es?
- Es acá, a una cuadra y media, por Santa Fé. Necesitaría que empujes la silla y que toques el timbre así me vienen a abrir.
- Vamos

Me puse atrás, tomé las manijas del vehículo y arrancamos. Al principio me dio un poco de vergüenza y me sentía que soy siempre yo al que el universo lo agarra de pelotudo, me veía a mi mismo bañándolo al tipo, pero al toque me empezó a hablar y estuvo todo bien. Muy digno y muy agradecido el hombre. Lo loco es que me contó que había ido a pagar la tarjeta de crédito a la tarde y cuando volvía se le empezaba a acalambrar la mano y no pudo llegar, intentó seguir y cuando no pudo más se quedó esperando “que Dios me mandara alguien”. Ahí es cuando entro yo en la obra, un agnóstico radical fan de las paradojas de la vida que hacen que un tullido que vive en un geriátrico al que no puede llegar se encuentre con un tipo al que no le falta absolutamente nada pero se queja por etapas de lo dura que es la vida.

- A vos te mandó Dios. ¿Crees en Dios?
- (resoplido) Masomenos.

En ese momento se cruza en nuestro camino un linyera esquizofrénico (parecido al actor ese viejo que los recibe a Rodrigo de la Serna y a Oski Guzmán cuando van a investigar un caso de “Hermanos y detectives”. Es medio pelado y flaco con cara de loco. Ahí hace de Ciego) que sale de un estacionamiento y nos pregunta repetitivamente a los gritos “Cómo salió el partido?, Cómo salió el partido?

- Correte, que se yo cómo salió el partido, correte!
- Quién es ese?
- Uno que duerme acá, todos los días me pregunta lo mismo, me tiene cansado ya pobre.

Llegamos al geriátrico que queda por Santa Fé, le toqué el timbre y me dijo que no me hiciera drama que si no lo atendían, cuando pasara alguien le iba a pedir que le tocara el timbre de nuevo.

- Andá al cumpleaños que se van a comer todo.

Me fui caminando sintiéndome Don Bosco. Llegué a lo de Mati y le conté al rey, que me dijo mirá si te pasaba tal cosa, y me hizo acordar de esto que pongo acá abajo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Indice de credibilidad de esta anecdota, calificada segun medios de comunicación:

Infobae 65%
Clarin 79% (descontando iva 21 %)
La Capital NS/NC
La Mano 22% (viniendo de alvaro es poco creible)
Radio Mitre 93% con probabilidad de variacion (segun la entrevista radial)