lunes, 1 de septiembre de 2008

La verdad del arte.


“Mi sueño es estar comiendo un sanguche de milanesa y que al mismo tiempo abajo de la mesa una mina me la ch*pe”

Un amigo. Camping municipal de San Pedro. Verano de 2001



Uno sabe donde comerlos. No va a ir a uno de esos restaurantes para metrosexuales a pedir uno porque lo sacan cagando los mozos. Le tiran con las cremas faciales le tiran. Yo ya me doy cuenta cómo viene la mano por el olor a aceite que hay en el ambiente. Soy como un lobo cebado para esas cosas. Yo miro el antebrazo del mozo y si está bien musculoso es porque el sanguche es pesado, tiene personalidad, aunque esta técnica no me funcionó en el comedor del Lawn Tenis. (agarrenló uachoputo!). Otro indicador muy fiel son las fuentes ovaladas de acero inoxidable. Si hay varias apiladas por ahí cerca del mostrador es señal de que uno puede pedirlo tranquilo el sangüi. Si hay una señora gorda y que pasa los 50 años en la cocina pedilo con los ojos cerrados porque ese viene como mínimo con amor. Quizá no sea un ejemplar grande por una cuestión de costos pero lo vas a terminar queriendo a ese sanguche. En Bueno Zaire me cruzaba a la rotisería de un tipo que tenía un entretejido de pelo color mostaza en el que si no me equivoco el cálculo podía vivir cómoda una familia de Chaqueños con 2 hijos de 6 y 8 años. Bueh, la cuestión es que tenía el sanguche a $ 2.60. Para mí o para Marco era un lujo enorme ir a comprar ese sanguche. Era la primavera M*n*mista. Me acuerdo que venía el cocinero que era parecido a Tong Po pero mas enano y sacaba una feta de queso de la heladera y la derretía en la plancha. Entonces cuando te hacía entrega del espécimen el mismo tenía el queso pegado a la milanesa como un catsuit de placer.

Acá en Rosario puedo rescatar el del buffet del club mitre que es muy respetable y viene acompañado de las papas fritas mas ricas que ha parido madre y el de la Galería del Amor que si hay huevo te lo hacen con huevo, si hay tomate te lo hacen con tomate y si hay lentejas capaz que le mandan lentejas los maestros. Viene con un pan casero redondo que parece una nave espacial y te lo trae un mozo que se hizo los claritos especialmente para atender a mis amigos Luis y Cikes, no sé porqué. Eso sí, andate con suela de goma porque patea.

En realidad este post viene a cuento de que un día estaba comiendo con los chicos el de la rotisería “con fundamento” (un 6) y les conté que un artista tucumano le había hecho un monumento al sanguche de milanesa. No sé porqué nadie me creyó y las búsquedas en internet me jugaban en contra, por lo que decidí mandarle un mail al flaco contándole mi problema y el capo me mandó una foto, que es la que posteo acá. La obra se expuso en el parque 9 de Julio en San Miguel de Tucumán y luego fue llevada a Bueno Zaire donde la compró un coleccionista privado. El artista se llama sandro Pereira y tiene otras obras interesantes. googléenlo.

Lo bueno de todo esto es que acá el arte funciona como una representación de algo placentero de la vida y la obra te da la oportunidad de identificarte. Podés ver un cuadro hypermoderno que sea un cuadrado verde sobre un bidet rojo y eso no te dice nada. Sisi, muy lindo los fusilamientos del 3 de mayo, muy lindo el gernika y el tipo ése que grita psicodélico del puente pero esto es el homenaje en forma de arte a algo que hace felices a miles de personas por eso me parece magistral. Yo voltearía las estatuas de las plazas y pondría estas obras que tanto bien le hacen a la gente como ésta, como la de Olmedo. Son obras que representan algo que no se puede comprar con dinero. Para todo lo demás existe masticar.


El mejor que comí: “El refugio” o estación YPF. Ruta 188 en el cruce con la Ruta 32. Pergamino. Qué te puedo decir al respecto. Vas un martes de Junio a las 4 de la mañana y pedís uno y te traen un sangüi del tamaño de un submarino atómico ruso que encima tiene un gusto espectacular. Para darte un ejemplo la feta de jamón parece un colchón de gruesa que la cortan parece. Hay varias personas que pueden acreditar esto que digo ya que hemos compartido la mesa del lugar.

Experiencias poco recomendables (porque no hay “peor” en lo que a sanguche de milanesa se refiere):

1) En “El Trébol”, en la esquina de lo de mis viejos en San Nicolás, hace mucho me pedí uno y la lechuga tenía gusto a vinagre, por lo que inferí que había sobrado de la ensalada de alguno de los embarcados Laosianos que paran en el hotel de al lado y tienen un arreglo para comer ahí. Eso no se hace.
2) No me acuerdo dónde pedí uno que estaba armado sólo con pan rallado, mucho huevo y pequeñas partículas de carne picada como para darle una onda milanesa pero no era nada, sólo una ilusión para el olvido. Probablemente haya sido estación constitución. Marco se debe acordar porque estaba con él.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Notable aporte!
Sumo dos experiencias dos, ambas de La Plata, ambas de estudiante (la época que la tasa de sangüi se triplica).
- Rotisería Lázaro, 9 y 43, se quemó allá por el 98, se presumió que medio como que les vino bien el incendio. En plena era men*enista, te vendían un sangüi más la lata de coca a 2 pé. Y si ibas de a dos (sagaz acción de marketing: el estudiante es amiguero como nadien), 2 sambuches y dos cocas a 3 pesos. 3 pé!!! La calidad más que aceptable para la época.
- Nac Nic, como el ejemplo negativo. Cadena de locales de comida semi-chatarra (porque ni a eso llegaba) que quizá logró llegar hasta nuestros días envenenando gente. No sólo la mila no era de carne real, sino de una especie de picadillo apanado, además te ofrecían salsas con olor acidón de gustos, colores, texturas, y ni te cuento sabores complicadísimos.

Anónimo dijo...

uh, los kiosquitos verdes del bosque y others plazas de la plata eran muy buenos y muy baratos en lo que a milanesa respecta.
muy bueno el comentario.

Anónimo dijo...

no quiero dejar de comentar esto: un martes a las 2 de la mañana al nero savoldi y a mi nos putió un traba por estar comiendo un sanguche de milanesa en la vereda del maxiquiosco sito en pueyrredon y marcelo t de alvear. (en esa época)